El feedback o retroalimentación es una de las herramientas más poderosas para el aprendizaje y el rendimiento, sin embargo, tanto en el ámbito laboral como académico, a la mayoría de las personas la palabra “feedback” les causa pavor.

¿Por qué le tememos al feedback?

Probablemente porque la mayoría de los trabajadores han experimentado eventos traumáticos (como evaluaciones pobres de desempeño, confrontaciones con su jefe o incluso despidos) que involucran la palabra feedback.

La realidad es que el impacto del feedback puede ser tanto positivo como negativo, sin embargo, la forma en que se brinda esta retroalimentación hace la diferencia entre éxito o desastre.

Utilizar el feedback para bien

La retroalimentación debe utilizarse para realizar evaluaciones de desempeño individuales, para que los empleados mejoren a nivel personal, pero también que esta mejora se vea reflejada a nivel organizacional, para poder corregir errores y solucionar problemas, además de sugerir cambios y modificaciones para el bien de los equipos y las empresas.

El feedback no debe utilizarse como un arma para atacar, acosar o denigrar a un trabajador. Tampoco debe aplastar su moral, quitar esperanzas o hacer que el rendimiento disminuya. Mucho menos debe verse como un “trámite” que se debe de realizar una vez al año.

Feedback exitoso: la clave para el crecimiento de los empleados

Para que la experiencia del feedback sea todo un éxito, es importante que la persona que lo brinda (jefe, colega, superior inmediato o inclusive director general) tome en cuenta lo siguiente:

• Debe ser continuo. Es poco efectiva la retroalimentación que se da cada dos o tres años, o peor aún, que sea intermitente: unos años sí, otros no. Los empleados deberían de saber cuándo les tocará recibir feedback.
• Debe ser claro, objetivo y conciso. Es necesario que sea objetivo, ten cifras, % de crecimiento, % de cambio, tiempos de respuesta, retrasos y mejoras. El feedback no es algo personal, se trata de comportamientos, de resultados y de razones de negocio, es por esto que es importante las estadísticas, reportes y métricas.
• Debe llegar a un acuerdo. Una parte sumamente importante del feedback es escuchar lo que la otra persona tiene que decir y estar abiertos a otras formas de pensar. Al entregar comentarios hay que indicar cuál es el comportamiento o rendimiento que espera de cada miembro de su equipo. Asegúrate de preguntar: ¿qué puedo hacer yo como jefe para que tu hagas tu mejor desempeño y te sientas pleno?

El mundo cambió y el feedback también, no puedes seguir dando feedback como en el siglo pasado, aprende a dar feedback continuo, es una herramienta para poder charlar cara a cara con las personas con las que trabajamos. El resultado de un feedback exitoso realmente pueden cambiar la actitud y el desempeño de los trabajadores.

¡Ponte en acción!